El ciclo de vida del compostaje en un compostador sigue una serie de etapas que involucran la descomposición y transformación de los materiales orgánicos en compost. Te explicamos el paso a paso de las etapas principales y los mejores trucos para conservarlo.
El primer paso es seleccionar los materiales adecuados para el compostaje, como restos de cocina y restos de jardín. Es importante mantener un equilibrio entre los materiales ricos en carbono (hojas secas, papel, paja) y los materiales ricos en nitrógeno (restos de cocina, césped cortado, estiércol). Puedes triturar o cortar los materiales grandes en trozos más pequeños para acelerar la descomposición. Es tarea importante mantener la humedad adecuada y la aireación del compost dentro del recipiente, este es un proceso continuo que puede ser realizado de forma semanal o cada dos semanas para obtener el mejor resultado.
Mientras se produce la descomposición activa, este proceso que puede durar entre varias semanas y algunos meses, los microorganismos, como bacterias, hongos y actinomicetos, comienzan a descomponer los materiales orgánicos. Estos microorganismos descomponen la materia orgánica, liberando calor como subproducto, lo que aumenta la temperatura dentro del compostador. Durante esta etapa, es normal que la temperatura alcance niveles entre 50-60 grados Celsius, lo que ayuda a destruir patógenos y semillas de malezas.
Para alcanzar la etapa de maduración y estabilización el proceso suele tardar varios meses y hasta un año. A medida que los microorganismos descomponen los materiales, el compost comienza a estabilizarse y madurar. La temperatura disminuye y el compost se vuelve más oscuro y homogéneo. Durante esta etapa, los microorganismos continúan descomponiendo los materiales y transformándolos en compost rico en nutrientes.
Es importante tener en cuenta que la duración del proceso de compostaje puede variar dependiendo de factores como la temperatura ambiente, la época del año, la proporción de materiales, la humedad y la aireación. Observa el compostador regularmente y realiza los ajustes necesarios para asegurarte de que el proceso de compostaje se desarrolle de manera óptima.
Cribado y almacenamiento: Una vez que el compost esté maduro y estabilizado, puedes optar por tamizarlo para eliminar cualquier material no descompuesto o residuos grandes. El compost resultante es fino y uniforme, listo para su uso. Puedes almacenar el compost en bolsas o contenedores hasta que lo necesites.
La mejor forma de almacenar y conservar el compost
Si precisas saber cómo conservar el compost de manera adecuada y asegurar su calidad a largo plazo, puedes:
Almacenarlo en contenedores: Transfiriendo el compost maduro y tamizado a contenedores adecuados, como bolsas de plástico, recipientes de almacenamiento o cubos con tapa hermética. Asegúrate de que los contenedores estén limpios y secos antes de utilizarlos.
Debes protegerlo contra la humedad. El compost debe mantenerse seco para evitar la proliferación de microorganismos no deseados y la descomposición adicional. Almacena el compost en un área cubierta y protegida de la lluvia o la humedad excesiva.
Ventilación adecuada: Aunque el compost está estabilizado, aún puede haber actividad microbiana residual. Proporciona una ventilación adecuada en el área de almacenamiento para permitir el intercambio de aire y evitar la acumulación de olores desagradables.
El compost debe estar protegido de la luz solar directa, ya que puede causar una pérdida de nutrientes y desecar el material. Almacénalo en un lugar sombreado o utiliza contenedores opacos para evitar la exposición directa al sol.
Si tienes grandes cantidades de compost, es recomendable utilizar un enfoque de «primero en entrar, primero en salir» (FIFO, por sus siglas en inglés). Utiliza el compost más antiguo primero, mientras mantienes el material más reciente en el almacenamiento para permitir su maduración adicional y evitar tener que desechar el más antiguo.
Revisa el compost almacenado de forma regular para asegurarte de que no haya signos de humedad excesiva, mal olor o la presencia de plagas. Si notas algún problema, ajusta las condiciones de almacenamiento, como la ventilación o la humedad.
Y recuerda, el compost almacenado correctamente puede mantener su calidad durante varios meses, e incluso hasta un año o más, si las condiciones de almacenamiento y el estado inicial del compost son correctas.